La
barca empezó a balancearse peligrosamente debido a una fuerte marejada. De pie
en la quilla, se tambaleó y cayó al mar. Intentó mantenerse a flote. Pero
entonces se preguntó por qué continuar viviendo en un mundo en el que nunca se
había sentido a gusto del todo, del que no comprendía muchas de las cosas que
pasaban en él y del que no lograba seguir el ritmo al que iba. Estaba
convencida de que existían otros mundos menos ruidosos, menos frenéticos, menos
violentos. Dejó de chapotear.
Con este microrcuento participé en el VII Concurso de Microrrelatos Villa de Torre Pacheco. Podéis leer todos los trabajos presentados en esa edición y en otras aquí: http://microrrelatosbibliotecapacheco.blogspot.com.
Con este microrcuento participé en el VII Concurso de Microrrelatos Villa de Torre Pacheco. Podéis leer todos los trabajos presentados en esa edición y en otras aquí: http://microrrelatosbibliotecapacheco.blogspot.com.
Tu personaje aprovecha su oportunidad, no lucha, se deja ir. La vida a veces nos expulsa como un vulgar estornudo.
ResponderEliminarUn abrazo.
gracias por tu comentario
ResponderEliminarY a ti por el tuyo.
EliminarMe ha gustado mucho , felicitaciones. Un abrazo
ResponderEliminarJosé Antonio: la que tomó el personaje no sé si es la mejor opción, pero es lo que eligió.
ResponderEliminarPablo: me alegro de que te haya gustado. Espero que los demás también.
Quizá logró vivir en un mundo mejor.
ResponderEliminarNo lo podemos saber.
Sí, yo también pienso que puede encontrar algo mejor que lo que rechaza.
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