Desde la ventana de su habitación, Luisito veía la de la del bloque contiguo, sito en la calle de El Sol. La vecina estaba de espaldas, envuelta en una toalla. Los cabellos eran largos y llameantes como los fuegos artificiales que se lanzaban en la fiesta mayor de la ciudad. Se quitó la toalla. La espalda, los muslos y las nalgas tenían el color tostado de la arena del parque. El niño deseó que se girara; seguro que sus pechos eran rosados como un algodón de azúcar. Y lo hizo. Pero la vista de Luisito no se fue a los senos, sino a sus genitales. La sorpresa se reflejó en su mirada.
La asociación Sol Cultural, en Santander, con el patrocinio de la Fundación Santander Creativa y la colaboración de la librería Gil, convocó el VIII Concurso de Microrrelatos Calle del Sol. En esta edición se presentaron 500 relatos de 370 autores. De entre todos los candidatos se escogieron un primer, segundo y tercer premios, 7 finalistas y 18 seleccionados. Presenté el microcuento que acabáis de leer, Simón, que fue uno de los seleccionados. Los 28 textos se publicarán en una antología que se presentará en primavera. Podéis leer los relatos hiperbreves de los ganadores y finalistas y saber quiénes son los seleccionados en: https://www.solcultural.com/viii-concurso-micro-relatos-calle-del-sol/

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