La mayoría de los trabajadores recibieron la invitación de la cena de Navidad. En cambio, al resto les comunicaron que estaban despedidos, debido a un recorte de la plantilla por la crisis económica. Los empleados se reunieron para decidir qué hacían. Ese año no hubo ocasión de ejecutar la maquinaria de la farsa en el evento: la forma de actuar hipócrita de la gente, con sus vestidos, gestos y palabras; y, sobre todo, el presidente no pudo pronunciar su discurso anual falsamente motivador. Porque, por primera vez desde que se fundó la compañía hacía dos décadas, no se celebró la cena de Navidad.
Cena modesta sigue siendo cena, hay que decir.
ResponderEliminarBueno, en el caso del relato al final no hubo cena. Y no sabemos qué hicieron los trabajadores para que no se celebrara...
EliminarUna más de las falsedades que tiene la Navidad: la cena de empresa. Qué ironía que ocurra al mismo tiempo que un recorte de plantilla y, sin embargo, qué real. Estupenda denuncia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, el microrrelato está inspirado en una situación real que se dio en la empresa para que la que trabajaba hace más de diez años, aunque la variación está en el final: en la situación real sí que se celebró la cena, pero algunos trabajadores no fueron en señal de desacuerdo con los despidos.
EliminarUn abrazo, y feliz Navidad.
Me encantan las bolsas de cositas saladas
ResponderEliminarbella tu entrada querida
Gracias por comentar, Recomenzar, y feliz año nuevo.
Eliminarfelicidades para ti
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